Jueves, 09 Marzo 2023 12:12

Rotary Club Sevilla Corporate celebra una cata sobre “Los vinos de nuestra vida” de la mano de Carlos Montero Destacado

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El destacado sumiller hace un recorrido con caldos sanluqueños que culminan con un vino centenario embotellado por su padre


¿A qué saben los vinos de nuestra vida, aquellos que atesoran nuestros mejores momentos vitales? Esta pregunta es el punto de partida de la cata de vinos que ha ofrecido el conocido sumiller Carlos M. Montero a los socios del Rotary Club Sevilla Corporate. El director del grupo Don Raimundo y miembro de la Academia Andaluza de Gastronomía y Turismo ofreció una cata de vinos sanluqueños a través de los cuales realizó un recorrido por su trayectoria personal y profesional. Un viaje en el que le acompañaron los miembros rotarios.

El presidente del Rotary Club Sevilla Corporate, el penalista Luis Romero, fue el encargado de presentar al conferenciante y de resaltar la importancia cultural del vino y su fuerza como uno de los elementos clave de nuestra economía.

Carlos M. Montero comenzó a explicar en qué consistía el recorrido por “Los vinos de nuestra vida” resaltando la calidad y la importancia que juega La Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda como pieza clave de los caldos andaluces.

Del nivel teórico y de las recomendaciones para apreciar cada sorbito de lo que contenían las copas, Carlos Montero fue pasando al nivel práctico a la vez que iba desvelando las claves de cada vino. Los participantes en la cata pudieron ir degustando destacados caldos en un recorrido en el que empezaron por La Gitana, de Bodegas Hidalgo, con seis años de crianza media en barrica. Le siguió una copa de Gabriela Oro, de Bodegas Barrero, con 10 años de crianza, para pasar, a continuación, por el vino Sacristía AB, de Antonio Barbadillo, con una década de crianza media en barrica.

El penúltimo elegido fue La Kika, de Bodegas Yuste, con 11 años de crianza media. Y el colofón fue un auténtico regalo para los asistentes. Un vino centenario que había embotellado su padre, Pepe Montero, gran aficionado también a los buenos vinos. Una fiesta para el paladar que emocionó a los rotarios sólo con saber que se trataba de un caldo que llevaba más de cien años en barrica y que fue embotellado por la persona que había trasmitido al ponente su pasión por los vinos. Sin duda, el verdadero protagonista de la velada.

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