El servicio de rehabilitación del Hospital San Juan de Dios del Aljarafe ha elaborado una guía dirigida a los pacientes que han sufrido ictus y a sus familiares en la que se recogen una serie de recomendaciones sobre higiene postural y movilización. El ictus fue la tercera causa de ingreso médico en este centro durante 2015, lo que supuso 1.545 estancias hospitalarias.
El objetivo de esta guía es servir como complemento a los consejos dados por el equipo multidisciplinar que atiende a estos pacientes durante la rehabilitación en el hospital, ayudándoles a prevenir las complicaciones derivadas de la falta de movilidad y haciéndoles partícipes junto a sus familias del propio proceso de recuperación.
Fisioterapeutas y rehabilitadores de este centro recuerdan que una vez el paciente ha recibido la atención necesaria en el hospital y regresa a casa debe ir integrándose en su vida normal teniendo en cuenta que durante algún tiempo el paciente requerirá ayuda para realizar su higiene, alimentarse, movilizarse y desplazarse.
Para ello, la guía recoge pautas para la adaptación del domicilio y para el cambio de las rutinas de higiene, alimentación y vestimenta más adecuada para favorecer la recuperación del paciente. La guía se completa con una serie de recomendaciones para la correcta movilización de los pacientes así como unas pautas de ejercicios que contribuirán a la paulatina recuperación de éstos sin olvidar la estimulación sensorial, clave en el proceso de rehabilitación tras el ictus.
Atención al paciente con ictus en el Aljarafe
El Hospital San Juan de Dios del Aljarafe cuenta con el programa de telemedicina “teleictus” desde 2009, un sistema de consultoría avanzada online por el que el equipo de profesionales de Urgencias trabaja de manera consensuada y a tiempo real con los especialistas del Servicio de Neurología del Hospital Virgen del Rocío. A través del programa “teleictus” los pacientes que acuden a Urgencias tras sufrir un ictus tienen una mejor accesibilidad a todas las pruebas necesarias y al tratamiento más adecuado, la fibrinólisis sistémica que ha demostrado minimizar las secuelas neurológicas que establece el ictus isquémico.
