La segunda jornada del Congreso Internacional del Centenario de los Grandes Vuelos de la Aviación Española, que se está celebrando en el Real Alcázar de Sevilla, ha puesto en valor el papel esencial que la Base Aérea de Tablada desempeñó en el impulso de la aviación y en que se pudieran realizar las grandes gestas aéreas españolas entre 1926 y 1935.
El día concluyó precisamente con una visita institucional al Acuartelamiento de Tablada, donde los asistentes pudieron conocer sus instalaciones centenarias y las salas históricas que albergan exposiciones permanentes sobre la evolución de la aviación militar española.
Cuna de los grandes vuelos
El congreso ha analizado que en este enclave sevillano se gestaron tres de los grandes vuelos de la aviación española: el “Jesús del Gran Poder”, el vuelo de Haya y Rodríguez hacia Guinea y el “Cuatro Vientos” rumbo a México. El cuarto gran vuelo, el del “Plus Ultra”, también nació muy cerca, pues partió de Palos de la Frontera (Huelva) en 1926.
Los expertos coinciden en señalar que sin Tablada no habrían sido posibles estas gestas, ya que el aeródromo reunía las condiciones técnicas, logísticas y simbólicas necesarias para el desarrollo de aquellas misiones que situaron a España en la vanguardia aeronáutica internacional.
La Base Aérea de Tablada fue inaugurada oficialmente el 14 de abril de 1923, en un acto al que asistió Su Majestad el Rey Alfonso XIII. Apenas un día después, el 15 de abril, se impuso la Corbata Militar a la bandera de Aviación en presencia de los aviadores del Plus Ultra, recién llegados de su histórico vuelo a Buenos Aires.
A su llegada a Sevilla, los aviadores fueron recibidos con entusiasmo en el puerto antes de trasladarse a Tablada, donde continuaron los homenajes. El propio monarca acompañó a los protagonistas de la gesta y les impuso condecoraciones, en reconocimiento a su valentía y contribución al prestigio internacional de España.
La historia que merecía ser contada
Durante la jornada se recordó también que, en la prensa española de la época, las noticias sobre aviadores extranjeros solían ocupar más espacio que las hazañas de los propios pilotos nacionales, un hecho que es de justicia enmendar, un siglo después. De hecho, el congreso busca, entre otros fines, precisamente, hacer justicia a los verdaderos protagonistas de la historia. Organizado por el Ejército del Aire y del Espacio y su Servicio Histórico y Cultural, las sesiones pretenden rescatar del olvido estas gestas y difundir el legado histórico de Tablada como símbolo del espíritu pionero y del avance tecnológico de la aviación española.
La sesión de ayer se abrió con la ponencia de Adolfo Roldán Villén, coronel del Ejército del Aire y del Espacio y miembro de número del Consejo Asesor del Servicio Histórico Cultural, sobre el “Vuelo Sevilla-Bahía y la ruta de Los Andes por el Jesús del Gran Poder”. Le siguió la ponencia “Un país pendiente del cielo. La patrulla Atlántida. Viaje de ida y vuelta a la Guinea española (1926-27)”, del doctor Pablo Arconada Ledesma, de la Universidad de Valladolid.
Cerró el día la ponencia “El doble Raid de Rein Loring a Filipinas 1932 y 1933”, del doctor Marcelino Sempere Domenech, teniente coronel del ejército del Aire del Espacio y miembro de número del Consejo Asesor del Servicio Histórico Cultural.
La última ponencia del congreso la pronunciará hoy la doctora Rosa María Pardo Sanz, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, a las 12:45 horas. Será la conferencia de clausura bajo el título “Cambios y continuidades en la política exterior española en los años 1923-1936”. Broche de oro para un conjunto de ponencias sobre una época apasionante de la Aviación Española que está arrojando mucha luz al papel que jugaron los verdaderos protagonistas.
