Martes, 15 Diciembre 2015 10:38

El sufrimiento de los pacientes con estado alterado de conciencia sin alimentar presentan problemas de neuroética Destacado

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León Carrión defiende en Roma que no se les deje morir de inanición, aunque tengan testamento vital


Las neuroimágenes son rotundas: los pacientes que dejan de ingerir alimentos y de recibir hidratación padecen un periodo de sufrimiento y dolor antes de morir. Este ha sido el principal mensaje lanzado por el profesor José León Carrión, catedrático acreditado de Neuropsicología de la Universidad de Sevilla y director científico del Centro de Rehabilitación de Daño Cerebral (CRECER), durante su participación en el workshop "Aspectos Médicos y Éticos del abandono activo de pacientes con trastornos de conciencia graves", que se ha celebrado en Roma bajo la dirección del profesor Giuliano Dolce del Instituto Santa Anna de Crotona y desarrollado en el Instituto Superiore di Sanitá de Roma.

Se trata de una cuestión ética que cada vez preocupa más, ya que gracias a los avances técnicos y médicos un mayor número de pacientes sobreviven a los accidentes de tráfico y a los ictus. "Los estudios muestran que los pacientes sienten dolor de distinta tipología e intensidad cuando se le está retirando la alimentación y el agua, y que éste dolor parece agudizarse al ir incrementándose la inanición", explicó.

El doctor León Carrión ha advertido que la alimentación y la hidratación deben ser facilitadas a estos pacientes en cualquiera de sus formas, ya que lo contrario puede originar sufrimiento y dolor. Incluso cuando hayan dejado, en sus respectivos testamentos vitales, la orden de que se le practique la eutanasia si el caso es irreversible, no se les debería practicar "porque les generaría un estado de dolor y sufrimiento biológico que se convertiría en eutanasia activa. Este tipo de intervenciones son las que distinguen el grado de civilización de la sociedad. En este sentido, León Carrión alegó que no se debería dejar a nadie, hoy en día, morir con dolor; un punto de vista que defiende la Neuroética y que busca modular o evitar el sufrimiento biologico de estos pacientes que están en estado vegetativo, estado de mínima respuesta o en estado de vigilia sin respuesta. La Neuroética es aquella parte de la bioética que reflexiona y delibera sobre los nuevos conocimientos que nos aporta el progreso de la neurociencia, sobre como la mente humana a través del cerebro genera ética y moral, y sobre cómo la ética afecta a nuestro comportamiento y a la propia identidad personal. La Neuroética implica ciencia, filosofía, y los aspectos sociales, legales y políticos del conocimiento científico y de la investigación facilitando una visión multidisciplinar de sus aspectos filosóficos y científicos. El catedrático sevillano José León Carrión fue el único científico extranjero que participó en el workshop celebrado en Roma, en el que se han debatido los aspectos médicos y éticos del abandono de los pacientes con graves trastornos de la conciencia, que están en estado vegetativo o en vigilia sin respuesta. La neuroética nos demuestra que la vida de cada uno tiene un valor para todos.

Los datos españoles expuestos en el Workshop italiano provienen de la experiencia de CRECER, el Centro de Rehabilitación de Daño Cerebral fundado por la doctora María del Rosario Domínguez Morales, directora médica durante todo este tiempo, y por el doctor José León Carrión. El centro CRECER es pionero en toda España en la investigación y el tratamiento del daño cerebral con metodologías específicas para el tratamiento de este tipo de pacientes. CRECER cuenta con numerosos premios, tanto a nivel nacional como internacional, en el campo de la Neuropsicología y la neurorehabilitación. También ha recibido reconocimientos del Gobierno Americano, de universidades internacionales, el premio Europa Génesis, el premio a Un Rehabilitador de fama reconocida, recogido en San Pelegrino, Italia, premios en París, Londres, Copenhague, Moscú, Chicago, entre otros. Pero lo más satisfactorio, según destacan sus fundadores, es la gratitud de los pacientes y de sus familiares cuando, después de meses de tratamiento, los pacientes consiguen volver a ser más autónomos y más independientes.

Visto 1681 veces Modificado por última vez en Domingo, 10 Enero 2016 21:19