En los tiempos en que nos encontramos, la necesidad de reinventarse y aspirar a más es evidente. Hablar y dominar el idioma chino es una garantía que pocas personas pueden añadir en su currículum. Cada vez son más los valientes que comienzan a aprender esta lengua oriental: desde bebés guiados por sus padres, hasta mayores interesados por hacerse fuertes en el mercado laboral.
En la Academia de Chino Oso Panda, los alumnos de 10 a 16 años se dividen en varios grupos en función de su nivel más o menos avanzado. Hay chicos que al entrar en esta franja de edad ya llevan algunos años de bagaje en el idioma. Otros se disponen a empezar de cero.
En esta academia se selecciona el grupo al que acudirán los chicos de manera muy detenida, y posteriormente se lleva a cabo el proceso de aprendizaje de la mano de las profesoras. Los mecanismos suelen ser dinámicos y divertidos, buscando siempre el entretenimiento en las clases, un método que resulta de lo más productivo.
Los grupos, además, son reducidos, para que la enseñanza se haga de la manera más personalizada posible. Con tiempo y constancia, estos alumnos lograrán aprender el idioma, pudiendo incluso examinarse de diversos exámenes certificados, algo que sin duda será un valor añadido en su formación académica y profesional.