Los deportes de tiro se encuentran en un momento dulce, con cada vez más practicantes y, también, más reconocidos dentro del panorama nacional. No obstante, el Consejo Superior de Deportes ha otorgado la distinción de deportistas de alto nivel a 118 practicantes de tiro olímpico, 51 relativos a tiro con arco y otros 42 de tiro a vuelo. Cifras nunca antes contempladas, quizás debido a que se ha quitado la etiqueta de ser una disciplina peligrosa para deportistas y asistentes.

Si nos centramos en la modalidad que más deportistas de alto nivel dispone, tiro olímpico, también debemos tener en cuenta que son varias las disciplinas que abarca. Coincide un detalle en todas ellas, el uso necesario de carabinas y pistolas. Algunas modalidades son más conocidas para el público en general, caso del tiro al plato, donde usualmente se utiliza una escopeta de calibre 12 y que varía tanto en distancia como en número de platos a romper según sea la competición (foso olímpico, skeet, doble trap, foso universal o minifoso, entre otras).

En el tiro al plato, la concentración y precisión se antojan fundamentales, pero a estas características también se le une la rapidez si hablamos de las competiciones de recorrido de tiro. En estas, se dispara sobre objetivos móviles o estáticos, desde una o varias posiciones, y en los que puntúa tanto la precisión en los disparos como el tiempo en la realización de cada ejercicio. Hay una versión más enfocada al ocio, conocida como Air ISPC, donde se utilizan réplicas de las armas, llegando en algunos casos incluso a realizarse con pistolas de balines, aunque mayoritariamente se hacen con pistolas de aire comprimido o airsoft. En cualquier caso, su popularidad radica en que los practicantes no tienen porqué poseer una licencia de armas como requisito para practicarlo. Un dato que ha permitido que a lo largo de España se hayan creado nuevos clubes que practican el Air ISPC como un hobby, pero también con diversas competiciones.

La agilidad y destreza sobre el terreno se hacen imprescindibles en el recorrido de tiro, pero otras modalidades nos hacen sentirnos como unos auténticos francotiradores. Es el caso de los practicantes de F-Class, donde el objetivo objetivo es alcanzar un blanco estático lo más cerca posible de su centro situado a una distancia que, en función de la modalidad, puede llegar hasta los 1.000 metros de distancia. Así, un elemento añadido y fundamental para mejorar en esta modalidad son los telémetros, herramienta que aporta datos necesarios para calcular de mejor manera el tiro y de esta forma acertar con el objetivo.

Otra disciplina en pleno crecimiento es la correspondiente a alta precisión, especialidad en la que se busca la mayor perfección posible tanto en las armas, munición como ejecución del disparo, para tratar de obtener agrupaciones del menor tamaño posible. En esta modalidad, se utilizan rifles dotados de visor telescópico, los cuales pueden también incluir visión nocturna. El calibre y características dependen de cada modalidad. Se dispara desde posición sentado y con el rifle apoyado en una torreta.

Todas estas modalidades de tiro han aumentado su número de licencias federativas, aunque también han crecido en la práctica más popular. La clave está en que es un deporte que requiere diferentes cualidades, pero en las que siempre el protagonismo recae en uno mismo.