Maestra de profesión, a la vez que formadora y conferenciante, María Sánchez Dauder está especializada en Altas Capacidades y desde hace tres años escribe cuentos dirigidos a los niños, a la vez que aporta a las familias las pautas para sacarles el máximo partido a sus hijos y ayudarlos a motivarlos y a que obtengan respuesta a su inquietud intelectual y cognitiva.
Con Las Altas Capacidades en la Escuela Inclusiva apuesta por recrear un mundo con siete gatos muy peculiares que se encontraron en el país de los Marramiaus. A través de sus aventuras, la autora nos cuenta acontecimientos sobre países, cultura y tradiciones, junto a etapas de la historia, un viaje a la luna, características y curiosidades de algunas especies de animales… y para convertir este proyecto en una herramienta práctica y funcional para padres y docentes, incluye en cada una de las historias una propuesta didáctica, relacionada con los contenidos que se trabajan en el currículo oficial escolar. Así, al compartir y trabajar con el grupo entero todos estos conocimientos, obtiene la implicación de todos los miembros del aula con un contenido necesario para los alumnos de altas capacidades, pero extraordinariamente beneficioso para el resto de niños de la clase.
El libro que se presenta el sábado, Mágic Mundis, es el cuarto volumen dentro de esta colección dirigida a las Altas Capacidades. Teresa Fernández, directora de Centro CADIS, explica en el prólogo de la obra que este libro “empezó con una pandilla de gatos que tuvieron múltiples aventuras; prosiguió con unos animales prehistóricos y unos detectives que resuelven mil y un entuertos, y continúa con dos hermanos, Dan y Nica, y una bola del mundo que habla y les lleva a recorrer, por tierra mar y aire, los diferentes continentes. Con Mágic Mundis, estos dos niños y su bolita vivirán nuevas y extraordinarias aventuras”.
“Estas historias llevarán a los más pequeños a conocer el mundo. Ayudarán al maestro a contar con recursos para trabajar en el aula, pero con todos los alumnos, no solo con los de altas capacidades. Si trabajamos con este tipo de metodologías, ampliaremos horizontes y permitiremos que cada uno llegue hasta donde pueda alcanzar”, concluye Teresa Fernández, tras resumir la filosofía de las aulas inclusivas: que cada uno llegue hasta el máximo que pueda alcanzar a través del trabajo cooperativo de profesores, tutores y alumnos.
A todo ello se suma el reto de trabajar la creatividad, y no sólo en un plano artístico, sino sobre todo desde el punto de vista cognitivo, enseñando y potenciando el pensamiento crítico y analítico, animando al pensamiento divergente, poniendo el mundo “al revés” o planteando hipótesis, anacronías o imposibles, que hagan “pensar” a los niños y “opinar” sin miedo a equivocarse. Es la nueva propuesta para padres y docentes que se plantea desde la filosofía de la escuela inclusiva, que busca que los alumnos investiguen por su cuenta y aprendan que no existen respuestas únicas y que siempre todo se puede hacer de otra forma.
