Gines vivió un espléndido Viernes Santo en el que la Hermandad Sacramental realizó su Estación de Penitencia por el centro del municipio en el año en que se cumplía el 60 aniversario desde que, en 1954, se reorganizó la cofradía, una procesión además muy esperada en la localidad después de que el pasado año la lluvia impidiese su celebración.

A las ocho de la tarde, y ante una Plaza de España repleta de vecinos, las puertas de la Parroquia se abrían para dar paso a la Cruz de Guía seguida de una comitiva formada por unos 300 nazarenos con túnicas negras de cola y antifaces negros con cinturón de esparto.

En medio de un gran silencio, instantes después salía a la calle el paso del Santísimo Cristo de la Vera Cruz,  una impresionante talla del siglo XVI de autor desconocido. Sobre un monte de lirios morados e iluminado por cuatro hachones color tiniebla, el Crucificado hizo su recorrido como es habitual totalmente en silencio, contando en la presidencia del paso con la presencia del párroco y director espiritual de la Hermandad, Manuel Talavera.

Minutos más tarde salía del templo la imagen de Nuestra Señora de los Dolores Coronada, obra de Juan de Astorga de 1816, en cuyo recorrido la acompañó musicalmente este año por primera vez la Asociación Filarmónica y Cultural de Albaida del Aljarafe. La imagen de la Virgen lucía para la ocasión el manto y la corona de la Coronación Canónica, además de una preciosa saya de color negro.

Con el respeto y el recogimiento como notas predominantes en todo momento, la cofradía discurrió por las calles de la localidad acompañada de un gran número de vecinos y vecinas, que quisieron elevar así sus plegarias al Señor y a la Virgen.

A lo largo del cortejo pudo verse el estandarte de la Hermandad una vez restaurado y enriquecido recientemente con nuevos bordados. Varias saetas jalonaron el discurrir de la comitiva, dejando emocionantes momentos en la memoria de todos los asistentes.

Tras recorrer buena parte de las calles más céntricas del municipio, poco antes de las doce de la noche, la comitiva ponía punto y final a su Estación de Penitencia con la entrada en el templo parroquial, completándose así una procesión en la que los componentes de la Hermandad volvieron a dar público testimonio de su Fe al Cristo de la Vera Cruz y Nuestra Señora de los Dolores Coronada.